29 de octubre de 2014

Escritura y alfabetización de los niños sordos


Las personas oyentes desde el momento del nacimiento están inmersas en un mundo social del cual reciben estímulos por el canal auditivo, entre otros. Ello les permite ir aprendiendo el lenguaje oral sin que sea necesaria una intencionalidad por parte de los adultos. Wells recoge cómo, normalmente, los padres oyentes, al hablar con sus hijos oyentes, “crean, espontánea e intuitivamente, oportunidades para que los niños aprendan sobre los muchos sucesos que se producen en el curso de un día cualquiera. Estos padres no sienten ninguna urgencia por enseñar ...

Pero las personas sordas se ven privadas de este canal para captar la información y, en consecuencia, utilizan preferentemente otras vías, como son el canal visual y el cinestésico, lo que les orienta hacia otras formas de comunicación.


El lenguaje, como argumenta Vigotsky (1978) es una forma de comunicación y a la vez una forma de representación que facilita el desarrollo cognitivo. 

Es conocido que las lenguas de signos de las comunidades de personas sordas son lenguas naturales, que tienen estructura propia y cumplen las mismas funciones que las lenguas orales. Diferentes autores han enfatizado el interés de la lengua de signos para la población sorda como instrumento de mediación semiótica para el acceso a la  comunicación, a la alfabetización y a la cultura, desde una perspectiva bilingüe o bicultural. Al referirnos a las lenguas de signos incluimos también la dactilología o deletreo manual.

http://www.culturasorrda.eu/resources/Fernandez_Viader_Pertusa_Reflexiones_escritura_alfabetizacion_sordos_1996.pdf
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