- La localización de la lesión.
- El grado de pérdida auditiva.
- El momento de aparición.
Según
la localización. Se
clasifican en:
- Hipoacusia Transmisiva o Conductiva. Están localizadas en el Oído Externo o en el Oído Medio.
- Hipoacusia Perceptiva o Neurosensorial. Están localizadas en el Oído Interno o en el nervio auditivo, conllevan un problema de inteligibilidad.
-
Cocleares
-
Retrococleares
- Hipoacusia Mixta. Están originadas por varias lesiones coexistentes, afectando al mismo tiempo, al sistema de transmisión y al de percepción. Es decir, hay un componente transmisivo y otro perceptivo.
- Hipoacusia Central. En ocasiones, los sonidos enviados por el oído llegan al cerebro pero no son interpretados correctamente.
Según
el grado de la pérdida
auditiva, se clasifica por la
intensidad en la que se percibe el sonido, en cada uno de los oídos. La
intensidad del sonido se mide en decibelios (dB).
·
Leve: entre 25-40 dB. Aunque no
tiene por qué haber alteraciones en la adquisición y desarrollo del lenguaje,
pueden existir algunas dislalias y dificultades en el aprendizaje. En
estos casos, aunque el niño puede oír, tendrá dificultades para comprender todo
lo que oye, sobre todo en ambientes ruidosos, situaciones de grupo y dentro del
aula.
·
Moderada: entre 41-70 dB.
- Primer
grado: La pérdida media está entre 41 y 55 dB.
- Segundo
grado: La pérdida media está entre 56 y 70 dB.
En adultos:
El habla es percibida si se eleva un poco la voz. El sujeto entiende mejor si
mira cuando le hablan. Se perciben aún algunos ruidos familiares.
En niños: El lenguaje puede desarrollarse de forma espontánea,
aunque presentará retrasos en su evolución y requiere del uso de prótesis
auditivas. Existen, además, dificultades para la comprensión, ya que no se
percibe la palabra hablada a intensidad “normal”. Son niños con un volumen de
voz más elevado de lo normal y con retraso en el habla. No siempre responden a
las órdenes que se les dan. En ocasiones, la sordera puede pasar desapercibida,
por lo que se les puede considerar “muy desobedientes” o “rebeldes”, con
dificultades para el acceso a la lectoescritura y, a menudo, con mal
comportamiento.
·
Severa: entre 71-90 dB.
- Primer
grado: La pérdida media está entre 71 y 80 dB.
- Segundo
grado: La pérdida media está entre 81 y 90 dB.
Sólo se oye la voz a intensidades muy elevadas y el lenguaje oral no puede
desarrollarse de manera espontánea. Suele detectarse en edades cada vez más tempranas
y requiere el uso de prótesis auditivas, así como de apoyo logopédico para el
desarrollo del lenguaje oral en los niños.
·
Profunda: entre 90-119 dB.
-
Primer grado: La pérdida
media está entre 91 y 100 dB.
-
Segundo grado: La pérdida
media está entre 101 y 110 dB.
-
Tercer grado: La pérdida
media está entre 111 y 119 dB.
Debido a la ausencia total de estimulación auditiva, en el niño, pueden
existir alteraciones importantes en el desarrollo global. Están afectadas las
funciones de alerta y orientación, la estructuración espacio-temporal y el
desarrollo social. Es imprescindible el uso de prótesis auditivas y el apoyo
logopédico para que pueda desarrollarse el lenguaje oral.
·
Cofosis o Anacusia:
La
pérdida tonal media es de 120 dB.
No
hay respuestas.
Según
el momento en el que aparece
la pérdida auditiva, es determinante para el desarrollo del lenguaje de la
persona:
- Prelocutiva: si la discapacidad sobrevino antes de adquirir el lenguaje oral (va de los 3 meses a los 2 años)
- Perilocutiva: si la discapacidad sobrevino mientras se adquiría el lenguaje (2-5 años)
- Postlocutiva: si la discapacidad sobrevino después de adquirir el lenguaje oral (después de los 5 años)
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